domingo, 29 de diciembre de 2013

Crónica de las XIV Jornadas de Trabajo de la Asociación Española de Bibliografía (19 y 20 de diciembre del 2013)

  La pasada semana tuve el gusto de asistir y participar con una comunicación a la XIV convocatoria de las Jornadas de Trabajo organizadas por la Asociación Española de Bibliografía (AEB). Creada en 1988 con especialistas provenientes de la Biblioteca Nacional y de la Complutense principalmente, tiene como objetivo según recogen sus estatutos "fomentar el conocimiento del libro español y su historia mediante la realización de actividades encaminadas al estudio de la producción bibliográfica nacional". Las jornadas de trabajo, que se celebran anualmente y que en el pasado dieron lugar a varias actas impresas (una tradición perdida lamentablemente), se constituyen por tanto en "un lugar de encuentro e intercambio de ideas para todos aquellos interesados en bibliografía e historia del libro, y por lo tanto está abierto a toda persona, sociedad o institución interesada en estos objetivos". Para más información, su bien nutrida web. Comentar finalmente que para presentar propuestas a dichas jornadas (la convocatoria es a finales de agosto-principios de septiembre) no es necesario ser socio de dicha Asociación.


  Las jornadas se celebraron los días 19 y 20 de diciembre en la sala de exposiciones de la Biblioteca Nacional, nunca un escenario más adecuado para este tipo de investigaciones. La sala contaba con una capacidad para más de cien personas. Durante la tarde del 19, único día al que pude asistir por motivos personales, se llenaron cerca de tres cuartas partes de los asientos. A las jornadas de este año se presentaron quince comunicaciones provenientes de distintos especialistas, sobre todo de la Complutense, pero también de la BNE y de otras universidades extranjeras (UNAM y Cambridge) lo que le dio un tono internacional al encuentro. Cada ponente disponía de 20 minutos de exposición a los que se sumaban otros diez para preguntas. Comentar que al dejar la tanda de preguntas para al final y ante el temor de los organizadores de no haber tiempo para concluir los actos, terminamos por concluir con holgura el tiempo previsto. Como es típico en estas reuniones científicas cada ponente fue precedido por una breve presentación sobre su C.V. por parte de quien presidía la mesa. A continuación referiré un extracto de las comunicaciones a las que pude asistir aunque perdonad que no sea rigurosamente exacto pero con los nervios ante mi inminente ponencia se me pasó tomar apuntes.


Sala de conferencias de la Biblioteca Nacional durante la celebración de las XII Jornadas (2011). Tomado del boletín de la AEB.

  Las Jornadas se inauguraron a las cuatro de la tarde con la comunicación del profesor de la Complutense José Luis Gonzalo Sanchéz-Molero. Su comunicación versó sobre la identificación del taller del que salió un manual de gramática latina obra de un canónigo llamado Juan de Aranda escrito con el fin de reforzar la educación del joven hijo de Carlos V, el futuro Felipe II. Afortunadamente se ha conservado un ejemplar en la biblioteca del monasterio del Escorial aunque sin indicación de su lugar de impresión ni del taller del que salió, sólo una fecha, 1538. Se sabe que fue utilizado para la educación del joven príncipe porque conservaba como señal manuscrita una almohadilla (#) empleada por sus maestros para indicar aquellos libros que ya había leído. El profesor Gonzalo Sanchéz-Molero inició su ponencia introduciéndonos en los manuales de gramática latina empleados en la educación real y como ante la complejidad del manual de Nebrija y el interés de Carlos V porque su hijo aprendiese a corta edad los rudimentos de la lengua romana, al contrario que él, varios autores presentaron distintos manuales, entre ellos el ya citado de Juan de Aranda. Seguidamente el ponente realizó una breve descripción interna del libro así como de sus características tipográficas. Tras mostrar distintas hipótesis sobre la sutoria tipográfica de tal manual (madrileña, sevillana, etc) se acabó decantando por un taller sevillano de la época debido a la coincidencia de empleo de las mismas capitulares así como de un gran escudo en portada. Ponencia muy amena e interesante.


       Apertura y bienvenida a las XIV jornadas. En la mesa (de izq. a dcha.) Benito Rial, Antonio Carpallo y Fermín de los Reyes. Foto propia.

  Seguidamente llegó la comunicación de Remedios Prieto, catedrática de Literatura en enseñanzas medias. Versó sobre el estudio de las cuatro primeras ediciones conocidas de la Celestina, las de Burgos y Toledo entre el 1499 y el 1501, la de Zaragoza en 1507 y la de Valencia en 1514. El objetivo principal de su densa pero esclarecedora ponencia era lograr mediante la catalogación, contabilización y estudio de las abreviaturas de estas cuatro ediciones determinar que población conoció la editio princeps de la Celestina, si Burgos o Toledo, una cuestión que según refirió Prieto sigue provocando enconados debates entre los "celestinistas". Para Prieto el estudio de las abreviaturas ofrece una salida a esta discusión. Comentar que las abreviaturas eran más que frecuentes en libro de esta época. Las más habituales eran abreviar el nombre de los personajes pero también omitir palabras o dividirlas cuando no cabían en el renglón. Todo ello con el fin de cuadrar la composición y ahorrar papel, uno de las partidas más costosas en la impresión de un libro. Creo recordar que Remedios Prieto refirió que con estas argucias aplicadas al máximo se podía ahorrar una resma y media de papel. Para Prieto, después de referir las características formales de estas ediciones (deteniéndose especialmente en las ilustraciones que acompañaban al texto antes de pasar a las abreviaturas), el estudio de las abreviaturas permite afirmar que la primera edición de la Celestina se realizó en Toledo en 1500 ya el estudio de sus abreviaturas revela numerosos errores y omisiones, algo que en una segunda edición (después de la hipotética de Burgos en 1499) hubiesen sido corregidos. Además la composición de la de Burgos, sin fechar, está mejor corregida y elaborada, por tanto, ha de ser posterior a la edición de Toledo pese a que en su colofón halla un escudo que diga que fue impresa en 1499. Distintos investigadores, como Mercedes Valladares, han demostrados que dicho escudo fue utilizado en ediciones posteriores a 1499.

  La tercera ponencia de la tarde corrió a cargo de Carlos M. Collantes Sánchez, investigador de la Universidad de Córdoba, quien nos habló sobre un proyecto encabezado por un grupo de investigación para localizar y recoger una publicación con su correspondiente estudio todas las composiciones de poesía que aparecieron en las impresiones de los talleres cordobeses, teniendo como marco cronológico el bajo Barroco (hasta mediados del XVIII). En dicha investigación se presta atención no sólo a las obras de poesía exclusivamente sino también a aquellas composiciones aparecidas en impresos menores, como los villancicos cantados en la catedral, y también aquellas incluidas como acompañamiento de composiciones en prosa, por ejemplo, los sermones o los prólogos. Aunque dicha investigación tiene sus problemáticas, sobre todo a la hora de decidir que tipo de descripción se da a cada entrada de cada una de las obras en la antología.

  La siguiente comunicación fue protagonizada por Yolanda Clemente San Román, profesora en la Complutense. Clemente San Román presentó su investigación sobre el catalogo de un librero dieciochesco conservado en la Biblioteca Histórica de su universidad, un conocido librero franco-judío, Amand König, que consiguió un gran éxito comercial en Estrasburgo y que logró abrir una sucursal en París, que continuaría su hijo durante el XIX. Comentar que esta profesora ha convertido el análisis temático de los catálogos de libros conservados en esta biblioteca en el último de sus intereses investigadores. Para ejemplo, su último artículo en la Revista General de Información y Comunicación dedicado a un catálogo de la familia de libreros de Lyon, los Bruisset. En su comunicación la profesora Clemente destacó la gran modernidad de este catalogo, que guarda muchas semejanzas con los publicados actualmente, pues se divide en multitud de secciones, índice de que el entretenimiento del lector se había diversificado, tales como chistes, pesca, etc además de los clásicos de Derecho o religiosos. Es interesante también señalar que König acompañaba muchas de las entradas con comentarios propios para atraer el interés del comprador.

 Después de la comunicación de Clemente hubo un descanso de un cuarto de hora en el que tanto los ponentes como los asistentes aprovecharon para tomar un café o ir a los aseos a la par que desentumecían las piernas. Mientras tanto los siguientes ponentes, entre los que yo me contaba, accedían al estrado y preparaban en el ordenador sus presentaciones. Tras el descanso, tocó el turno a un equipo multidisplinar venido desde Inglaterra, por parte de la British Library, Geoff West, por parte de la universidad de Cambridge, el investigador español Samuel Llano. Ambos nos hablaron sobre un proyecto desarrollado conjuntamente, la digitalización, catalogación y estudio de los fondos de pliegos de cordel conservados en dicha institución desde una perspectiva sociológica con el nombre de "Wrongdoing in Spain, 1800-1936". Pero mejor cedamos la voz a los objetivos y descripción de dicho proyecto investigador contempladas en su web:
"The AHRC-funded project Wrongdoing in Spain 1800-1936: Realities, Representations, Reactions is in its first year. Cambridge University Library has an impressive and rich collection of what a are referred to in English as chap-books, and in Spanish as sueltos, or pliegos sueltos(loose leaves or folded loose leaves). These provide a fascinating bird’s eye view of popular culture from the 18th century onwards and show us versions of how forms of wrongdoing were perceived, or were presented to the populace as constructed forms of wrongdoing"

"El menda" presentando todo contento su comunicación. Foto de mi buena amiga Almudena Álvaro.

  A continuación me tocó el turno para exponer mi comunicación. Mi ponencia era un resumen de una investigación que vengo realizando en archivos burgaleses desde hace un año buscando reconstruir la realidad material y las estrategias editoriales de los impresores activos en el siglo XVIII. Mi búsqueda en archivos, especialmente en la sección de protocolos notariales del Archivo Histórico Provincial de Burgos, me deparo el hallazgo de varios inventarios que junto al hallazgo de otros inventarios post-mortem localizados por Ángela Pereda López y Francisco Sanz de la Higuera, me permitieron profundizar en el conocimiento de sus trayectorias socio-profesionales. En mi ponencia principie con una exposición de los objetivos de mi investigación así como una lectura crítica de la bibliografía sobre el tema (escasa y casi siempre aportando un balance negativo) para iniciar el grueso de la ponencia. En ella destaque el crecimiento constante en valor y número de los menajes de los impresores, sobre todo las fundiciones de letras, al tiempo que su realidad económica pasaba de estar dominada por la precariedad y la dependencia de los encargos institucionales a gozar de una posición económica saneada favorecida por la apertura de nuevos mercados como Indias, cierto crecimiento económico y social así como nuevas fuentes de financiación, entre ellas, la participación del capital comercial en el negocio tipográfico. De forma paralela el estudio de los inventarios de estos impresores nos permiten observar como el stock editorial, es decir, aquellos impresos venales editados por los propios impresores, crece desmesuradamente tanto en valor como temática lo que denota una mayor capacidad de resistencia financiera que les permite involucrarse en mayores inversiones editoriales. A modo de ejemplo, comparar las existencias de dos impresores en los extremos cronológicos, Juan de Villar, que desarrolló su actividad en la primera mitad de siglo, y José de Navas, que se inició en el negocio tipográfico en 1766 hasta su muerte a principios del siglo XIX. Si el stock de Juan de Villar contaba con unos cinco o seis títulos cuyos ejemplares se tasaron en unos 2.000 reales, el stock de Navas contaba con unos 37.000 reales y la tasación casi alcanza los 25.000 reales. Con respecto a todos los impresos, éstos se caracterizaban por ser obras que contaban con numerosos reediciones, incluso desde el siglo XVI, ser económicamente accesibles a un segmento amplio de lectores, con una impresión descuidada y una materia prima de no demasiada calidad, y cuya temática se basaba en el protagonismo de las de ascética y devoción seguidas a partes iguales por las de instrucción y las de entretenimiento.

Portada de mi presentación en Powerpoint. Me permití adornar algunas diapositivas con elementos decorativos procedentes de impresos burgaleses aunque por lo general soy bastante sobrio en este tipo de documentos. Foto propia.

  He de reconocer que la experiencia de presentar mi primera comunicación fue algo al principio aterrador debido a los nervios de verme juzgado por profesionales de semejantes trayectorias investigadoras (soy un maldito perfeccionista) pero luego se me pasaron según iniciaba la comunicación. El resumen de mi investigación presente en las diapositivas del Powerpoint me ayudó bastante pues me obligaba a desviar la mirada del público, mi público, para estar atento al ordenador. Pero según avanzaba la comunicación me sentí mucho más relajado e incluso me entró cierta exaltación -en un pase de diapositivas incluso me puse a tararear- por lo que mi exposición se volvió más natural al igual que mi lenguaje corporal -muy importante a la hora de trasmitir al oyente-. También ayudó bastante que la masa de caras en que se había convertido el público al inicio se fuera individualizando según hablaba pudiendo apreciar que muchos -recuerdo con cariño a Remedios Prieto a la que tenía enfrente- me seguían con interés y asentían con la cabeza. Ello me dio mucho coraje. He de decir que calcule muy mal la duración de mi presentación. En vez de estar los 20 minutos esperados, me extendí por diez más y podría haber seguido hablando por largo rato. Según consumía el tiempo reservado a preguntas, Antonio Carpallo, que presidía la mesa y que hacia la presentación de cada ponente -la mía, muy escueta, apenas nombre y procedencia-, me iba pasando papeles en los que decía con letra apresurada "te quedan 5 minutos" o ya el ominoso "acaba ya". Afortunadamente pude concluir cuando daba la hora de comienzo de la siguiente presentación. Y con un "muchos gracias" acabe mi comunicación. He de decir, nada modestamente, que el aplauso que siguió tuvo poco de cortesía. Lo dicho, una experiencia fantástica, tanto por ver la novedad de subir a un estrado a hablar y no a escuchar, estar al otro lado del "muro", como por la fantástica oportunidad que me ofreció la Asociación de presentar mi investigación en tan egregia compañía y escenario. ¡Me entran ganas de repetir!

 Bueno, volviendo al tema original, presentar una comunicación es como hacer una carrera de atletismo si me permitís el símil: acabas exhausto tanto física como sobre todo mentalmente. Por ello no tuve oportunidad de prestar la atención requerida para escuchar la comunicación de Benito Rial, investigador independiente y secretario de la Asociación. En dicha ponencia exponía los objetivos de su última investigación, localizar y catalogar las góticas incunables presentes en impresos hispanos. La última comunicación centrada en el estudio de los elementos decorativos presentes en los impresos novohispanos a cargo de Marina Garone también corrió a cargo del Sr. Rial ante la ausencia de la ponente. Esta ponencia estuvo bastante interesante y me quede con ganas de conocer a la autora pues mis investigaciones sobre la imprenta burgalesa en el Setecientos me habían llevado a campos colindantes.

  Lamentablemente no pude asistir como refería antes por motivos personales a las comunicaciones presentadas por la mañana del día 20 aunque me fastidió no acudir, sobre todo por las dedicadas al estudio de las encuadernaciones. No obstante me fui de Madrid con una imagen muy positiva de los congresos, encuentros, jornadas o como se las quiera llamar. Cuando estaba al otro lado del "muro investigador" las veía como un elemento más de las frivolidades que abundan en el mundo académico ideales para que muchos presentasen refritos y refritos de sus tesis y demostraran así lo listos que eran rellenando de paso su C.V. Pero ahora comprendo su importancia pues te dan la oportunidad de exponer tus investigaciones, someterlas a crítica sin la frustración que supone el rechazo de una revisión de una publicación científica, te permiten conocer profesores e investigadores con los mismos intereses y que se pueden convertir en actores de futuras colaboraciones o notables fuentes de información y sobre todo te dan tablas para enfrentarte a nuevos desafíos para el futuro. Recomendable.

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